Antecedentes de la oferta de tractores de baja potencia
Debido a la importancia que adquiría la importación de tractores agrícolas hasta 1965, el Gobierno Federal desarrolló una política cuya finalidad era la integración nacional de los productos que se importaban básicamente para la industria automotriz y que podían producir partes para tractores agrícolas. Las cuatro marcas que presentaron programas de fabricación y que satisfacían los requisitos fijados por la Secretaria de Industria y Comercio fueron; en 1966 International Harvester y JohnDeere, en 1967 se incorporaron Massey Ferguson y Siderúrgica Nacional S.A. (Gallardo, 1977).
Siderúrgica Nacional S.A. Maquilando el tractor Ford y el tractor de origen soviético T-25 Vladimir, que contaba con un motor diesel de potencia 23,1 kW (31 hp), del cual produjo más de 17 000 pequeños tractores entre 1970 y 1989 (Aburto,1984).
Elvira (1985), en un estudio concluyo que este tractor excedía las necesidades de potencia para el promedio de propie- dades en los valles centrales de Oaxaca, México.
Así mismo fueron autorizados otros programas de fabricación como el de la empresa denominada David Mexicana S.A. que utilizaría una patente inglesa para producir el tractor David modelo 12V con potencia de 12 hp (8,94 kW) y pretendía producir 804 tractores anuales y el de la B.M.C. correspondiente a la firma inglesa Brithis Motor Co. Con el fin de realizar la fabricación de un tractor pequeño, modelo 425 con potencia de 25 hp (18,64 kW) pretendiendo fabricar 1 000 tractores anuales (Aguirre 1969), solo que estos programas fueron bloqueados y nunca se inicio su fabricación en el país para que Siderúrgica Nacional S.A. pudiera comercializar el tractor ruso T-25 Vladi- mir marca Belarus 250 que se estaba armando bajo el nombre de tractor SIDENA.
Cuando se pudo haber iniciado la fabricación del tractor UNAM (Negrete 2006), o la de otros modelos que se habían autorizado inicialmente como el David 12 V o el BMC 425 que cubrían la gama de tractores pequeños, muy necesarios para el país dada la cantidad de pequeños agricultores que no podían adquirir un modelo de mayor tamaño y potencia. También se suspendió la fabricación del tractor John Deere 1020 de 39 hp (29 kW) de potencia en 1975, además de que solo se fabricaron en el país 509 tractores entre 1973 y 1975 (Aburto 1984). He- cho además que es de una enorme trascendencia pues en el país el porcentaje de parcelas pequeñas es tal que se debió de dar prioridad a los tractores de potencia baja como los menciona- dos anteriormente. Así mismo tampoco se apoyo a la empresa fabricante de motocicletas ISLO de Saltillo, Coahuila. Cuando hizo un estudio sobre la posibilidad de fabricar tractores de baja potencia (Díaz 1976).
La trascendencia del sector de maquinaria agrícola en México reside en la importancia estratégica de la modernización del campo, un área que presenta grandes desigualdades por las condiciones de los terrenos de cultivo y la dificultad de los campesinos para la adquisición de equipos, cabe destacar que la producción local de maquinaria competitiva es escasa a pesar de la implantación de grandes ensambladoras (Instituto Valenciano de la Exportación, 2006).